Tanto si no duermes bien como si sufres de insomnio, hay un amplio abanico de «rituales» que puedes incorporar en tu día para descansar mejor y despertarte lleno de energía.
Principalmente hay cuatro factores que influyen en tu calidad del sueño:
– El ritmo circandiano: que son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo.
– La edad: ya que cuanto más mayor, hay más facilidad para cansarse
– Factores de estrés: es decir, todo aquello que provoca un cansancio mental por la exigencia de un rendimiento superior al normal.
Hay algunas cosas que obviamente no podemos cambiar (la edad que tenemos es la que es), pero sí podemos aprender a navegar cada situación para tener un mejor descanso. Empecemos por algunas cosas que podemos hacer a partir de ya mismo, y, que son más o menos fáciles:
– Evitar realizar ejercicio de forma vigorosa. Según como seas, esto puede «excitarte y despertarte».
– Beber mucho líquido después de las 8 de la tarde, así evitas tener que despertarte para ir al baño.
– Estar expuesto a pantallas azules antes de acostarnos. La mayoría de ordenadores te permiten cambiar a «modo noche.
– Cenar ligero para una buena digestión.
Ahora… te propongo otros «rituales» que igual pueden suponer algo más de reto (o al menos exigen motivación). Empecemos por intentar dejar la cama solamente para dormir y para el sexo. Así, tu cabeza es lo único con lo que lo relaciona. Muchas veces dormimos mal porque estamos estresados y de alguna forma la cabeza sigue «run run run» repitiendo lo que nos agobia, lo que tenemos que hacer o las responsabilidades que tenemos que atender. Puedes probar a coger un cuaderno y hacer las siguientes tres listas: qué cosas me estresan, cómo manejo estos factores, qué cosas agradezco de mi día.
Esto lo puedes hacer en combinación con una meditación, una lectura sencilla con luz cálida de mesilla y/o unos estiramientos en la cama antes de dormir. ¡Ah! Y no mires la hora nunca durante la noche… esto suele crear aún más agobio.
