¿Te has fijado bien alguna vez lo que guarda tu despensa? Puede ser caótica y llevarnos a realizar compras sin control, dando lugar a que muchos productos caduquen o incluso los podamos tener por duplicado.
Vacía tu despensa
Te animo a que saques todo lo que tengas en ella y lo deposites sobre una mesa. A continuación, revisa y comprueba fechas.
Seguidamente intenta agruparlo por grupos de alimentos. Por ejemplo: harinas, pastas y arroces serían cereales; conservas de leguminosas, legumbres y así sucesivamente.
Cuando lo tengas lo más ordenado posible, reflexiona qué alimentos consumes en mayor y en menor medida. Puede ser que los más consumidos se salgan de un patrón saludable. Por eso, es importante reflexionar sobre nuestra despensa y puede que haya llegado el momento de mejorarla. ¿Cómo? Muy sencillo, sigue leyendo y toma nota.
Cómo mejorar tu despensa
Como siempre enseño a mis pacientes, tener una lista es una de las herramientas más valiosas para realizar una compra saludable. Antes de salir, revisa qué es lo que realmente necesitas y apúntalo. Si estás bajo mínimos te dejo unas directrices para tu futura compra:
● Barra libre de frutas y verduras (frescas, congeladas o en conserva).
● Cereales, a ser posible integrales.
● Legumbres secas o en conserva.
● Huevos (preferiblemente categoría 0 o 1).
● Carnes magras.
● Pescados blancos y azules.
● Frutos secos al natural o tostados y sin sal.
● Semillas como la chía, el lino o incluso pipas de girasol.
● Aceite de oliva virgen extra o en su defecto aceite de oliva.
● Lácteos fermentados enteros sin edulcorar (Yogur, kéfir, etc).
● Quesos frescos, semicurados.
Cuando llegues a casa coloca los alimentos de manera accesible. Para ello, hazte con botes y tarros de cristal si fuera necesario e introduce en ellos las harinas, las pastas, arroces, todo de manera visible y si quieres ser el rey de la despensa etiqueta el contenido.
Cuando lo tengas todo preparado, coloca en la medida de lo posible por grupos de alimentos y si resulta que tienes algún que otro repetido recurre al método FIFO (first in, first out), es decir, la fecha de caducidad más próxima delante y la más tardía detrás.
Como si de un almacén de supermercado se tratara, tener una despensa ordenada resulta muy útil en nuestros hábitos saludables. Este práctico ejercicio te llevará 10 minutos, así que dedícate tiempo y ponte manos a la obra. Y recuerda, pequeños pasos, grandes resultados.
Por una alimentación saludable y sostenible.
Artículo escrito por Cristina Miguélez (@cristinamiguelez_tsd), Técnico en dietética.
Con estas recomendaciones ahora mi despensa esta super ordenada, limpia y libre de plásticos. Muchas gracias por los consejos.