No me refiero a la vuelta ciclista. Obviamente, con la vuelta a la rutina me refiero al retorno a la oficina o al «home office» después de tus vacaciones. Después de unos días de desconexión suele costar un poquito volver al ajetreo del día a día. Como en todos los comienzos, es un buen momento para reflexionar y pensar si necesitamos algún tipo de cambio.
Te propongo que contestes a las siguientes preguntas (sí, las puedes contestar en tu cabeza):
- ¿Tu horario diario te funciona?
- ¿Tienes reservados 30 minutos diarios de bienestar?
- ¿Hay alguna actividad, proyecto o hobby que quieras empezar?
- ¿Dedicas tiempo a tus amigos, familia o pareja?
1. Analiza tu horario del curso pasado.
¿Qué funciona? ¿Qué no? ¿Hay algo que te gustaría que fuese diferente? ¿Qué cambios puedes hacer desde hoy para hacerlo posible? Recuerda: muchas veces los pequeños ajustes y pasos son lo que marcan la diferencia.
2. ¿Tienes reservados 30 minutos diarios de bienestar?
Muchos dicen que es lo mínimo que necesitamos para sentirnos en equilibrio. Esto puede ser desde leer un libro, tomar un té tranquilamente con un amigo, salir a pasear, hacer deporte o un ratito de meditación.
3. ¿Hay alguna actividad, proyecto o hobby que quieras empezar?
Mételo en tu horario. Haz una cita contigo mismo. Te sorprenderías con lo que eres capaz de hacer y avanzar con un ratito de forma regular. Busca algo que te ilusione y que te recargue de energía.
4. Socializarse en tiempos de COVID. ¿Dedicas momentos a tus amigos, familia o pareja?
Hemos estado viviendo meses con muchísimas regulaciones y limitaciones, así que si puedes queda y disfruta con las personas de tu alrededor manteniendo un protocolo de seguridad. Un par de ideas pueden ser ir a dar un paseo con un familiar o ir a alguna clase dirigida con un amigo. Así haces un dos por uno: deporte y ratito social. Por supuesto, una vídeollamada también está de lujo.
Espero que estas preguntas te ayuden a enfocar tu vuelta a la rutina. Al final… ¡es un momento emocionante en el que valorar dónde estás y adónde quieres ir! Y, sobre todo, ve con calma.
Artículo escrito por Irene Alda