¿Te ha ocurrido? Llegas a casa o estás en la oficina y vas corriendo a por el bote de galletas o la máquina expendedora a pillarte algo dulce. Seguramente sí. Y no hay absolutamente nada malo con comerse unas ricas galletas o una barrita/chocolatina, siempre y cuando no sea algo de lo que abusemos.
¿La solución? Estar preparado. Tener snacks ricos y que te gusten en tu lugar de trabajo o accesibles en casa. Por ello, te doy aquí algunas ideas según seas más de dulce o de salado.
Si eres de dulce…
Para mí, el TOP1 es sin duda el chocolate negro. Un trocito muchas veces vale para satisfacer ese hambre latente que no te deja concentrarte.
También está la fruta. Igual debería colocarse como el TOP1, pero… se va a quedar así, me gusta demasiado el chocolate. Las manzanas son siempre buena idea porque son fáciles de transportar y es difícil que se estropeen en un bolso o mochila. Los plátanos también son el más auténtico fast food: pelar y listo.
Otra muy buena idea puede ser el yogur. Le puedes añadir un poco de fruta o muesli, así incluyes fibra y vitaminas. Es cierto que para esto necesitas un frigorífico en comparación con las dos anteriores. Afortunadamente, la mayoría de lugares de trabajo ofrecen un frigorífico común.
Si eres de salado…
Unas zanahorias con hummus considero que son lo más. Hay muchos supermercados que venden varios tipos de hummus y zanahorias pequeñitas para untar fácilmente. Así lo tienes ya ready to go. Este snack es muy completo: vitaminas, minerales, proteína y fibra.
Otra opción más clásica sería llevarse un pequeño sándwich. Te animo a que pruebes a incluir rúcula o algún tipo de hoja verde que te guste.
Si te gusta mezclar…
Igual esto suena un poco extraño, pero estamos en la sección de mezclar dulce con salado: palomitas con trocitos de chocolate. Literal, haces pedacitos con un trozo de la tableta. Las palomitas son poco densas calóricamente en comparación con otros snacks y, además, son ricas en vitaminas y minerales. ¡Disfruta!
Espero que estas ideas te inspiren para estar preparado para esos momentos de rugido de estómago. Ah, ¡y no te olvides de tener una botella de agua cerca para mantenerte hidratado!
Artículo escrito por Irene Alda